Enchúlame la ilustrancia

Esta semana estuve pimpeando ilustraciones viejas, porque las ratas están escapando del sótano de mi chamba, probable señal de que sea momento de abandonar el barco. Sin la metáfora elegante: cualquier pinchi día me corren. Algunas son nuevas, otras me volvieron a gustar, o me gustaron por primera vez. Ojalá les gusten a los anónimos que se vienen a dar sus vueltas, tan atentos ellos.

Esta Sarita García creo que la hice en la playa y le eché negro porque le cayó chela,
lo que Bob Ross llamaría un accidente feliz.

Esta es parte de la serie Valores pa´ mejorar los problemas de disponibilidad de agua en México, (tarea que me parece más cursi que un peluche rosa de jirafita, y más complicada que una novia abogada): es el perdón.

Fase dos de la misma tarea cursi, ésta es la lealtad. Faltan como tres valores por ilustrar; afortunadamente la constancia no es uno de ellos.

Bah, este creo que la han visto todos los que han estado en mi casa.

Una suástica de besamiento de traseros. A veces me da la profundancia.
¿Qué es más correcto en español, suástica o swastika?

Este nunca me había gustado, hasta la adición del amarillo, en Photoshop. Parece que el de cachucha le vendió la niña al de cuadraditos por un terreno en Hidalgo, EL HORROR DEL CITADINO BIENPENSANTE que lee el periódico.

Con agradecimientos al diseñador al que le ví lo de "Su texto aquí", esta semana.

El caballo-pesero, una de las primeras entradas de este blog, qué nostalgia. Fue dedicado con mucho cariño a...

...cierta bloguera de próxima fama internacional.

Y en esta la cagué con el marquito en terciopelo negro, no hay más que decir.