Estaba un día Mario Flores medio pedo y escuchando metal, cuando...

Miren, chavos, es que yo creo que la andamos regando. Andamos por la vida creyendo que es una canción de amor, cuando en realidad es una canción de heavy metal ochentero.

Consideren lo siguiente:

En la vida, como en los grandes éxitos del heavy metal (The Number of the Beast, Paradise City, Come On Feel The Noise, Breaking the Law), siempre hay un ruido de fondo que sólo los estudiosos consiguen descifrar, y una voz estruendosa que nos indica que hacer (Ruuun tooo the hills, ruuun fooor yooour liiife; Take me down to the paradise city where the grass is green and the girls are preety). El ruido de fondo es la escuela, el trabajo y los sistemas económicos del siglo XXI, mientras la voz estruendosa es el nefando qué dirá la sociedad.

La estructura de las guitarras son el ritmo de la vida misma. Mientras la voz estruendosa habla, las guitarras -por tanto, la vida- son sosas, repetitivas, rutinarias, tan sólo un acompañamiento; ej: la vida en oficinas o preparar una pinche tesis. Cuando la voz estruendosa (el qué dirá la sociedad) calla, sobreviene el solo, el requinto que le llaman, y las guitarras vuelan, hacen acrobacias, son maravillosas, le hacen turururururuuuuuuuuruu tuuuuuuuuu ruuuuuuuuuuu tuaaaaaaaaaaaaaang, conocen una chica maravillosa, aman, son amados, y todo es felicidad.

Innevitablemente la voz estruendosa regresa, la chica se va, las vacaciones en París terminan, y callan las guitarras que se quedan extrañando la libertad, encerrados en sus oficinas, secándose. Hasta que llegan los hijos y el fade out.

¡Heeeeeeeeeeeeavy Méeetal!

Evidentemente lo que tenemos aquí en pantallas no es un post, es algo que debería garabatear en mi hipotético e inexistente librito de escritor, para leerlo sobrio, apenarme y arrancarlo.
Como no tengo eso, ni tampoco autocensura, ahí les va otro wallpaper de los monitos que yo manufacturo alegremente; nomás que creo que todos estamos de acuerdo en que este sí está bien chicles y tiene espacio pa los íconos, y en general es el puro lujo:

Describe a la perfección mi rango emocional.