Gato antinatura

Mi gata se pudrió por dentro por que se comió los corn fleis sabor a chocolate que compro a granel en la central de abastos. Con justa razón, dado que esos corn fleis sabor a chocolate están pensados para formar parte del desayuno de campeones de un humano, no para ser víctimas de la gula de un felino que por lo demás nomás se la pasa comiendo y torturando caras de niño.

Caras de niño destos. No caras de niños de humano.

Por tragona se enfermó y me poposió* y vomitó la casa entera. Hoy la llevé al veterinario, quien la checó y me dijo que en unos días estará bien de la panza. Pero me confirmó otra cosa, que yo ya me temía. Su diagnóstico:

-Señor, no sé cómo decirle esto, pero me temo que su gata presenta...

...bolas.

Mi gata no es tal. Es gato. Cuando llegó creíamos que era gata, porque estaba chavo y todavía no le salían, pero ahorita mismo está atravesando por su pubertad. Y yo... ¡yo llevo todo este tiempo llamándole... cosas, confundiéndolo, poniéndole dudas en su cerebro, haciéndolo dudar! Soy un monstruo. Cómo pude. Oh, Dios, el día que lo vestí de rosa. El día que fuimos a ver su vestido de quince años. ¿Qué he hecho a su joven e influenciable cerebro, que no le alcanza ni para reconocerse en el espejo? Ya hasta maulla ái todo lindo y delicado. Soy un cochinón y de los sucios.

Lo bueno que le puse Pan, que es un nombre unisex. Qué bueno que no le puse Ms. Gladys como fue mi primer impulso. Pero para conmemorar mi error y como homenaje a los Texcocos y a su Gataperra, decreto que a partir de hoy su apellido será Gatogata.

Pobre Pan Gatogata. Una víctima más de mi cariño.

*Por no decir que se cagó horrible y ampliamente por doquier

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