¡Sensacional de Chapuzas! Por wey eres el número: 3
El lugar número tres lo ocupo yo mismo:
Básicamente, en unas vacaciones en la secundaria, estaba prendiendo el bóiler para bañarme, pero lo prendí mal y me explotó en la cara.
Dos minutos después, mientras yo andaba dando vueltas en círculo echándome crema nivea en la cara, sonó el teléfono de mi casa. Fui a contestarlo, creyendo que era mi mamá, quien podría llevarme al hospital (eran los tiempos pre-celulares, y las situaciones de emergencia eran diferentes en ese entonces).
Era Plaqueta: -Hola, Mario, ¿cómo estás? Te llamo porque no creo que estés en llamas, y quiero ver si quieres ir al cine.
Fui muy grosero en aquella ocasión con Plaqueta. Pobrecita, no lo merecía; después de todo, las cejas me volvieron a crecer después de un mes.
1 comentario:
Me recuerda la época en que hacía caso de las instrucciones de Davihito; en aquel entonces, pasamos como 10 min. poniéndonos deacuerdo quién iba a prender el horno (que es un Mabe verde chirinolero), mientras el decho de sabiduría Minatitleca dejaba escapar el gas.
Obviamente, cuando el concenso fue logrado, al prender el horno salió tremendo fogonazo que le chamuzcó las cejas a Davihito y el pelambre de mis brazos. La subsecuente danza de chimpancés y la clausura del horno hasta nuevo aviso. Tuvo que venir un técnico a adiestrar al antropoide de no dejar correr el gas hasta el momento de encender el horno.
Onda oOOooooh...
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