Un darketo limpio es un darketo sano

Anoche me la archi-super-recontra mamé y fiesté hasta las 6 am. Grave reven, así que hoy estoy crudísimo y mis actos son extraños: tanto, que voy a postear por segunda vez en una semana ¡ :O !

Y es que goei, goei, ¡goeei! Fui con Salvatore a la tocada de un amigo suyo en "el Under", establecimiento para mí desconocido y que resultó ser un bar darki de muy mala muerte a dos cuadras de la glorieta de Insurgentes, que confirma mi teoría de que la glorieta de Insurgentes, como dice Diego, es la fuente de todo la depravación y la maldad que existen en este mundo. Y es que las escaleras de ese metro no descienden a una estación de la línea 1 del metro, no; conectan con los mismísimos infiernos, de los cuales ascienden los peores enemigos del hombre: emos con cara de perritos pug, karaokes coreanos con repertorios metaleros, los más variopintos representantes del gremio LGBT, y bares de rampante medio pelo como el Boots Bar (¿alguien ha estado en él? ¡el horror!). Ejem, pero no le digan a nadie porque los turistas de todo se asustan y luego ya no vienen.

Total que fuimos al bar este y yo temí por mi vida entre tanto darketo cacarizo, con harto plastipiel y pelucas (háganme favor, con este calor, ¡ay, la juventud!). Y yo que iba tan cuco, bañadito, perfumado, rasuradito, con el cabello recién cortado y la sudadera con botones cruzados en el pecho que mi tíita Paty me regaló en la navidad y que yo estuve seguro se convertiría en mi mortaja después de recibir las 21 cuchilladas en el abdomen que se vislumbraban en mi futuro.

No me malinterpreten, yo conozco mi Stoa y mi Love and Rockets, soy famoso por haber usado camisetas de Lacrimosa y pienso que Bauhaus es bueno para escucharse en la ducha, pero sé que el dress code es muy importante entre la banda oscura: recuerdo con claridad lo gacho que sentí cuando en la fila para ver a los Misfits un punketo que repartía flyers me saltó, en base a mi camisa blanca, pero no a Gabriel (que en ese entonces me quería, y tomó la precaución de ponerse una camiseta de los Misfiz.)

Y pues yo sudaba y temía, pero el amigo de Salvatore se comportó afablemente y nos metió gratis. Me maravillé del estado del lugar: puerquísimo, pintarrajeado, con manchas de ¿sangre? ¿pipián rojo? ¿mermelada de frambuesa? escurriendo en las paredes, todo lleno de gente insalubre vestida con trapitos oscuros con apariencia de jergas viejas de viene-viene; cuando de repente una chavita con tapabocas me dijo:

-¿Quieres gel antibacterial para las manos? Te lo tienes que poner para entrar.

No, bueno, yo tenía que postearlo.

Ya adentro me la pasé chingonsísimo, la banda que fuimos a ver -Los CarroÑeros- rifó bien cabrón, tocaron un rockabilly gozador, sobreviví al slam y hasta vi un par de darketas mononas; al final ni me quería ir pero era imperativo que me fuera a otro lugar a seguir poniéndome pedo.

Gloriosa noche. Casi tan gloriosa como esta playera:
El regalo perfecto para el diseñador nerd nostálgico. ¡Cómprensen una!

Me voy. A curarme la cruda viendo 10000 B.C., la peli de los cavernícolas dirigida por el we que hizo Día de la Independencia.

Ha de estar bien mala. Besitos.