Mi obsesión con las mantis

El otro día caminaba por la ciclopista de las Lomas, cuando mooocos, me di cuenta de que traía una mantis en el hombro. Fue como ver a Dios y al diablo, al mismo tiempo. Intenté quitármela dándole un manotazo pero se movió más hacia la espalda, por lo que pensé en azotarme contra una pared o rodar por el suelo para matar al Mal, pero como soy un buen tipo mejor me quité la camisa para capturarla con calma.

El bichito resultó ser la pura buena onda y me tuvo muchísima paciencia mientras le sacaba miles de fotos con mi celular super cabrón. Se llamaba Rubén y aunque fue breve el tiempo que pasamos juntos, creo que él me comprendió mejor que la mayoría de las personas.

Era tiernísimo verlo intentar matar mi celular con sus tenazas infernales de Satán cada vez que lo intentaba enfocar.
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Al chico rato pasó por ahí un soldado y me recordó que no me había vuelto a poner la camisa. Como era un soldado de paz, se puso a jugar con Rubencito. Se cayeron bien de inmediato, porque ambos tienen entrenamiento ninja, conocen el arte del camouflaje y matan sin piedad.

Creo que Rubencito fue capaz de ver dentro del alma del soldado y encontrar algo muy semejante a lo que más le gusta en este mundo, que es la corteza de árbol muerto.

Después dejé a Rubén en el pastito. Y si a usted le preocupa que pase mi tiempo con insectos y militares, a mi mamá también.

Adiós, Rubencín.

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Pero estoy preocupado por el futuro de Rubencito y los que son como él, las mantis hoja de las Lomas de Chapultepec, que se diferencian de las mantis hoja comunes porque viajan en camionetas Hummer.

Creo que la naturaleza es una huevona que tarda miles de millones de años en darle a sus criaturas las formas que necesitan para camuflarse con el medio. Como la ciudad crece muy rápido y amenaza su futuro, le propongo a Dios los siguientes modelos de mantis citadinas, gratis y sin compromiso, para que nos duren muchos años más.

Mantis elote mordisqueado, especial para acercarse a sus presas favoritas, las familias en domingo en Coyoacán.
Mantis colilla de cigarro, para protegerse de sus principales depredadores, los oficinistas de gobierno.

Mantis tapón de pluma Bic. Esta podría ser un problema si a algún presente le gusta mordisquear su tapón, pero podría comer harta borona de galleta de escritorio.

Sugieran más mantis modernas, amiguitos, y yo me comprometo a hablar con Dios para venderle las ideas.