Gran idea que nunca voy a hacer

Todo empezó cuando celebré el día del padre de la única forma en que sé celebrar: devorando tacos, sopes y birria. Me manché bien cabrón de birria mi playera blanca, y después fuimos a conocido centro comercial a ver gente endomingada. Decidí sacar pecho y portar con orgullo la birria que estaba dentro y fuera de mi panza.

Descubrí que me gustaba, y me pregunté: ¿Por qué no tomar esta terrible falta de aseo personal y convertirla en algo bello? Después de todo, las mejores ideas del mundo han surgido de la mente de gente a la que no le gustaba mucho bañarse ni peinarse: ¿sería posible que mi nombre fulgurara al lado de Albert Einstein, Cantinflas, Changoleón y Janis Joplin?

Les presento mi línea de ropa con manchas de comida ya impresas. Demuéstrale al mundo que eres grande, como tus salpicadas:

Blusa oscura con mancha de aguacate: Para tí, que te gusta antrear y las tortas Paulina Rubio.

Camisa negra con mancha de crema: Porque todos sabemos que es inevitable que se te salga un chisguetito cuando muerdes con enjundia una gordita de chicharrón.

Guayabera con molazo: Ideal para las bodas de jardín en Cuernavaca. ¿Por qué esperar a que sirvan la comida para tener ese accidente inevitable?

También disponible en versión ya intentada limpiar con un trapo: ahórrale a tu tía la molesta tarea de tratar de ayudarte.

Camisa blanca con mancha de birria: Ideal para el oficinista que en la hora de la comida gusta de ir a ver el fut a la Birriería Las Cebollitas.

Acaricié durante dos segundos la idea de hacerlo de verdad, hasta que alguien me dijo que ya existían en algún lugar. Bueno, debí recordar que ninguna de las grandes ideas del mundo han nacido en domingo.