Miserables excusas

Querido blogui:
Sé que te he descuidado nuevamente, porque tiene tanto tiempo que no pasaba por aquí que incluso ya te creció un nuevo botón en las herramientas de creación de post, que supongo que sirve para añadir videos rápida e indoloramente. (Los nuevos botones me dan miedo. Siempre dejo que pase un tiempo sin que se reporten víctimas mortales por su uso, en las noticias de las 8, antes de usarlos).

Verás: mi diplomado en ilustración con opción de titulación terminación en un mes y ando en plena apuración. ¡Pero en un mes seré licenciado! N´ombre, podré aceptar sobornos, tortear secretarias, saquear presupuestos públicos, tener casa propia en Tultitlán y un chevy prestado del año pasado y usar sacos cafés. No, deja tú de eso, ¡podré bolearme los zapatos leyendo el Ovaciones! Y usar bigotito y corbatitas con rayitas sin propósito y ponerme lentes tontos y ponerme bien gordo y... ya te haces una idea de la vida del licenciado.

Nos vemos en un mes, o antes, si puedo, ¿de acuerdo? Mientras, te dejo en la miseria.


Pa mí que si la miseria fuera una ilustración se vería como la de arriba. Y pa mí que si yo fuera el Gabrielón sabría escribirle un lindo comentario. Después de todo, el verdadero Gabrielón se hace rico poniéndole comentarios a mis monos, pero no me preocupa porque a ese wey le gustan los Caballeros del Zodiaco, JA.

Como a mí no me gustan los Caballeros del Zodiaco le dejo al querido público la tarea de escribirle un comentario en los comentarios. Vamos, querido público: merezco sus mimos, ¿no?

¡Todo un post sin insultar a nadie!