Los problemas de vestirse con ropa rebajada

Muchas cosas pasaron en esta quincena que falté al blog: tuve algo muy bonito que perdí muy rápido, comí diariamente y manejé varias veces por la misma calle, entre otras cosas. Pero de lo único que me arrepiento es de no haberle dicho nada a un pillo que me insultó en el baño del Pasagüero, conocido antrito del Slim Center al que asistí la semana pasada para ver no-tocar a unas banditas desas condechis que le manejan el estrambotismo visual, la ambigüedad sexual, las letras naive en su no-música, y poco más.

El lugar estaba atestado de mozos y ninfas con playeras Freddy Krueger a rayitas; resultado de las rebajas recientes en conocida cadena española dedicada a la venta de ropa y accesorios, y de los malos manejos de la economía mexicana por gobiernos presentes y pasados que obliga a su población a siempre vestirse a la moda de la temporada pasada cuando es puesta en rebaja. Yo era uno de dichos productos de los tiempos que corren y portaba una playerita roja con rayas negras de manga larga, la definición misma de la playerita Freddy Krueger.

De venta en el centro comercial de su barrio.

En tal situación fui al baño a hacer pipí. Enfrente de mí en la fila para el mingitorio había un rockero ruco, matudo forever de cuarenta y tantos años, de los que todavía no superan el trauma de que Fish se haya separado de Marillion.

Apariencia aproximada del Matusalén referido

El anciano en cuestión volteó a verme, sacó su decrépito falo y comenzó la micción, naturalmente difícil y mezclada con sangre; y le dijo a su amigo, otro rockero ruco que conoció en el camión a Avándaro:

-Oye wey, ¿ya supiste que se murió Kurt Cobain?
-Sí wey, algo oí, dijo el otro.
-Jejejeje, croaron ambos.

Este es Kurt Cobain. Lleva un rato muerto, hecho que
siempre me ha valido madres.

No contraataqué el comentario, porque tontamente preferí esperar a que el Gran Arquitecto del Universo me diera la Segunda Señal Innegable de Confirmación de que el pedo era conmigo. Dicha segunda señal nunca llegó y los viejitos, con su bolsas de catéter satisfactoriamente vaciadas, se arrastraron penosamente al lado de sus citas. El fósil ofensor, en particular, estaba con una mujer bien guapa con quien se daba unos besotes; curioso servicio del que no estaba al tanto que realizaran las enfermeras geriátricas profesionales.

Inutilmente pasé el resto de la noche tras sus pasos, cerca de él, intentando recibir otro insulto que nunca llegó, para entonces tener mi merecida pero tardía venganza. No conocí el éxito, rotundo mi fracaso.

Una larga semana ha pasado desde entonces, y la oportunidad perdida arde en mi mente. He creado una lista de respuestas posibles, finales alternativos, if you will:

• ¡También el 50% de los Beatles! Qué chistoso, ¿no?
• ¿El sexo entre viejitos es tan aterrador como lo imagino?
• ¿Se dan cuenta, por supuesto, que los chamacos con camisa a rayas los superamos noventa y cinco a uno?
• ¡Tengo tu cartee-e-ra!
  
• Por favor, caballeros, salgan del cuarto. Me dispongo a hacer pipí y a su avanzada edad las impresiones fuertes no son recomendables.
  
• Pinche puto qué me dijiste cabrón vamos afuera vamos cabrón te voy a partir tu madre
• Daniel el Travieso siempre le ganaba al Sr. Wilson por más que Daniel el Travieso tuviera una camisa a rayas. ¿Saben por qué? Porque el Sr. Wilson era VIEJO.

-¡Mire, señor Wilson! ¡Hoy en la clase de la Señorita Gladys

aprendí que a los viejos ya no se les para!

¿Por cuál vota el respetable? Subiré más conforme fluyan a mi mente.

LOCURA BONUS EXTRA GRATIS: Visiten www.cocomielbebes.com.ar, el sitio argentino de los bebés que saben vestir bien (?), quienes me pidió un link desde este post para su sitio. El mundo de la publicidad es desconcertante y misterioso.