Documentalista: Una profesión peligrosa

Revisando la hemeroteca de la Baticueva me he encontrado con una conspiración en contra de los documentalistas del mundo. ¡Uno a uno los pobres documentalistas desprotegidos están desapareciendo, a manos de sus letales y enfurecidos objetos de estudio!

Iren nada más:

A Timothy Treadwell, el Hombre Grizzly, y a su novia, se los comió un oso grizzly. Timothy había dedicado su vida a estos osos, y los trataba como si fueran perritos. Era un imprudente chalado de mierda. Su muerte quedó grabada en el audio de su cámara de video, lo cual es mucho muy merol.

Werner Herzog*, quien ha dedicado su vida a los imprudentes chalados de mierda, le hizo póstumamente el documental más atractivo y emocionante del que yo tenga memoria.

Pus es que también...

Steve Irwin, el Cazador de Cocodrilos, sobrevivió años de darle de jugar luchitas con cocodrilos gigantes enloquecidos mutantes para que al final le diera un mal piquete una raya. Salió en primera plana en el Universal Gráfico, e hizo que a todos se nos olvidara que ahora nos gobierna Felipillo-no-le-llego-ni-a-las-botas-a-Fox-porque-estoy-zotaco** y la conmovedora historia de los heroicos pescadores naufragados .

Y no se lo comieron nomás porque ni la raya sabe dónde tiene la boca

A Dian Fossey, la de Gorilas en la Niebla , se la echó un cazador furtivo al que le reventaba las bolas que salvara a los gorilas del Congo.

Es que los cazadores furtivos son el puro malvibre por más que sonrían

Y ya ven cómo le fue a Morgan Spurlock por nomás comer en McDonalds por un mes.

Contemplad el rostro del Maligno

Yo por eso quiero usar este foro para decirle a Michael Moore que se cuide. Un republicano enojado con un micrófono en el culo puede ser la criatura más mortal sobre el planeta.

TRIPAAAAAAAS
ESCAÑOS EN EL CONGREEESO
PETRÓOOOLEO

Y también poner sobre aviso a nuestra queridísima Cristina Pacheco, la mujer más despeinada del espectáculo. Cualquiera con tres gramos de sentido común puede darse cuenta de los peligros de ponerse a entrevistar a "los personajes cotidianos de nuestra gran ciudad de México".

-Rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrmmmmmmmmmmmmmmmmm
-Maligno ruuum ruuum
-Gruuuuuuuuuuuuuuuuuunnntt
-Grrrrrrrrrnnn

En efecto, Aquí nos tocó vivir, doña Pacheco. Pero no olvide que sus querídos habitantes de la ciudad de México no son sus amigos. No son sus mascotas.

Son animales salvajes.

*De acuerdo a mi teoría, pronostico que a Werner Herzog se lo va a comer un imprudente chalado de mierda. Es sólo cuestión de tiempo.
**Pues sí. Por más que en este blog se considere que Pejelagarto ha perdido la chaveta, pos no semos tan pendejos como para alegrarnos por que nos gobierne Milhouse de viejo.