El Cardenal que se me metió en la cola

Fui a sacar la visa de EU, y pasé 4 horas en la cola. Pensé que el corazón me fallaría antes de llegar a la ventanilla, y que no me darían la visa porque les daría desconfianza darle la visa a un muerto, pero no. Sí llegué, y sí me la dieron.

La cola para sacar la visa de EU es uno de los pocos espacios universalmente representativos que quedan en la actualidad. Pocos lugares quedan en donde puedan observarse juntos a señoras camioneta, señores sombrerudos, señoras cacatúa, señoras delantal, señores Hugo Boss, muchachas mamasota y viejitos de inminente desaparición. Todos juntos, unidos por el mismo pensamiento: Pinchis gringos groseros, ni que estuvieran de moda. (Ora que la verdad es que los gringos están de moda desde la Segunda Guerra Mundial. Pero pinchis groseros aún así, todavía uno que los va a visitar. Su actitud va en contra del mexican way of life. Deberíamos bombardearlos en cuanto tengamos con qué.)

Una cola tan plural no podía estar completa sin una celebridad presente. Había algo que lucía como Adal Ramones, pero era el chavo que vendía chicles. Pero a pesar de esa desilusión, sí se me hizo ver una celebridad; porque justo antes de entrar a la cola de adentro de la embajada llegó a formarse enfrente de mí El Cardenal De México Norberto Rivera Carrera, Mr. Papable Latinoamericano Himself. Muy guapote él, con un trajecito negro chingonsísimo y una gran, gran, gran cruz dorada colgándole del cuello; esto último no sé si como parte de la estrategia de la Iglesia Católica Mexicana de acercarse más a la juventud vistiendo a su máximo representante de acuerdo a la moda bling-bling imperante en los ghettos raperos de Harlem, Niuyor.

Estaba acompañado de un regordete individuo, híbrido 50% monaguillo y 50% geek de los que juegan Magic; que me imagino como su secretario y juguete sexual personal, porque como guardaespaldas nomás no la armaba.

+ = Norberto´s Sidekick

Su fuero le ahorró dos horas de fila, pero aún así tuvo que esperar otras dos, muy seriecito por fuera, pero seguramente deseándole el tormento eterno a Benito Juárez por dentro.

-¿Cómo que necesito la forma rosa? Yo vengo a ver qué San Pedro con eso de que México esté tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos

Y esa es la historia de como descubrí que Estados Unidos es realmente un país justo y equitativo, que lo mismo pone a hacer cola a individuos tan Paposos como Norberto Rivera que a pecadores como yo.