17 abr 2005

Dos vecinas

En la iglesia de mi colonia siempre se puede ver a dos señoras que van juntas, y que forman una pareja muy dispareja. Una es grande-grande, gordita-gordita y rosadita-rosadita. Usa lentes profundísimos, de culo de botella, y es tímida. Siempre deja que la que hable sea su amiga (más viejita que ella), que es chiquita-chiquita, menudita-menudita, y morenita-morenita. Entre semana se puede ver a veces a la señora grandota y rosada, yendo a la oficina de la iglesia o a un mandado. A nada más.

A veces, al dibujar, sucede que uno se clava en las texturas y se... mete en la piel del modelo que está dibujando. Transladar las curvas de una chica, o los rasgos de un rostro bonito, al papel, es como expropiarlos y tenerlos en la mano; o más bien en la punta del lápiz. Esbozar a un modelo, en algunas lindas y afortunadas ocasiones, es como acariciarlo. Así platicado suena inconcebiblemente cursi, pero en la práctica es algo precioso e incluso cachondérrimo.

Todo esto, y más, sucede cuando la modelo es guapa y con personalidá, y el dibujante amaneció picudo y con ganas de ver un lápiz

Cuando, hace unos días, me dio dibujar a las dos vecinas antes referidas... desgraciadamente acabé metiéndome en la piel de las señoras. No, pos no fue una experiencia cachondérrima. Más bien al contrario, qué tristeza que me dio, querido público.
Estaba yo dibujando, acariciando, a dos señoras que sólo tienen a la otra y a su religión. Me clavé buen rato en la textura de su edad, su soledad, su religión, su nacionalidad, su rutina, sus modismos, su ropa, su dignidad, sus chanclitas, chacha-chá.

Por supuesto, repunck, que su vida me parece así de detestable porque lo estoy viendo desde mi realidá de chamaco pagano veintiunero que gusta del relajo. Pero a pesar de la realidá diferente, o más bien por ella, no hay de otra, qué tristeza.

No soporto ver viejitos. No soporto pensar en viejitos. No puedo. Lo encuentro muy, muy pinche triste y jodido. Yo nunca quiero ser un viejito, no quiero que mis padres sean viejitos, no quiero ver a David Bowie de viejito, no quiero ver a Leonard Cohen ahora que ya es un viejito, no quiero saber nada de viejitos.

Bottom line, breaking news, alarmantes nuevas noticias: Recientemente mi padre me ha comunicado que estas señoras siempre están juntas porque son madre e hija.


Fin del lapso culturoso.
¿Te cai que todo eso por un pinchi dibujito?
Posted by Hello

16 comentarios:

Malakatonche dijo...

Hay de ancianidades a ancianidades, Un tal Mario: cuando estaba en la prepa, obligaron a todo el grupo, como parte de una quesque práctica, a ir a un asilo de ancianos (que curiosamente, está a unas 5 cuadras de donde usté vive); eso si es depresión, no mamadas.

Pero, again, no todos tenemos porqué terminar enjutos y con una rutina parca y gacha.

Vaya como a las 8:00 p.m a la calle de Presidente Masarik esq. Anatole France, a escuchar las alharacas de las seños polanquesas, o dése una vuelta por el Sanborns del Ángel de la Independencia. Vivere è piacevole, chato.

Anónimo dijo...

es que no has tenido el exquisito placer de entrar a una conferencia-plàtica, y estar sentado a dos metros del ponente. es alto, elocuente, y viejo. tienes que inclinar la cabeza para poder ver sus ojos. y habla tanto, tanto, que tienes tiempo de contemplar su rostro, cuerpo, y rostro de nuevo. durante esa hora y media, te das cuenta de que los viejos no solo no son tan malos, sino que hasta pueden resultarte MUY atractivos. es un momento curioso. ni siquiera que estè sudando te desalienta. el momento màsgico llega a su fin, y al acabar la conferencia, lo ves ya de pie, y a lo mejor no es tan alto, ni tan atractivo. pero esa burbuja, la que creaste en un momento de sensibilidad, permanecerà.

lulu

Anónimo dijo...

Sí, hay de ancianidades a ancianidades, el chiste no es llegar a viejo sino como llegas..
con esas dos mujeres te puedes imaginar la desolación méndiga en la que viven y entra la recochina duda de saber como es que quedaron juntas para vivir sus últimos momentos, pero en verdad hay muchos otros ancianos (aunque sean rete pobres) que no producen tan malos sentimientos, que te puedes imaginar que vivieron y viven una vida plena y que ya quisieras al terminar tu vida, vivir la mitad de lo que vivieron y hay otros que los ves y el sentimiento de soledad y tristeza no se te quita en poco tiempo..lo que a mí no me gustaría es vivir hasta estar tan viejita que en todos los sentidos fuera como un bebé, pero claro,sin los cachetitos redondos y todas esas cosas bonitas y engañosas que acompañan a los bebés para que sean graciosos y sus papis los quieran, que sí no, al primer berrido y va pa fuera el bebito en cuestión...pero a un viejito? a nadie se le hace simpático cargar con ellos...tststs
paty a.

El Mareo dijo...

Perdón-perdón: Información reciente cambia todo el concepto. Las señoras no son amigas, son madre e hija.

Empero, la soledad y el patetismo se mantienen, pero es una soledad y un patetismo bastante diferente. Menos pior, menos pior. Creo que era pior cuando las consideraba unidas solo por la amistad.

Aún así es un caso cabrón. El papá de la señora gordita debió ser muy, muy alto y rosado, porque su mamá es chiquita y morena.

Qué cosas, de veras.

Yanosoy dijo...

Yo opto por vivir rápido, morir joven y dejar un cuerpo herr... joven.

El Mareo dijo...

Por cierto, no ignoro lo feo que es tener que cuidar viejitos. Aún vive mi tía Licha, de 94 años, sin hijos ni marido, solo sobrinos.

Creo que ella es una de las razones principales por las que me llegan tanto los viejitos.

Chale, es algo cabrón. Me llama Carmelita, y a Carmelita le llama Jesús.

Anónimo dijo...

repunck intervendría de la forma arriba mencionada.

Ps la neta sí, qué tristeza... pinches viejitos quién los manda a llegar a viejitos. Yo de todas formas creo que no llegaré a viejo, y si llego qué miedo... Mejor ni pensar en ello.
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(Esqueleto pa guión de película que quizá sólo recuerde, así que sin ninguna creatividad)
Una sociedad secreta para los que no se atreven a suicidarse, cuando te inscribes se te asigna una tarea y se te da un derecho; debes matar a alguien sin dudar, en cuanto se te diga; y puedes elegir la circunstancia, o la edad a la que estimas que tus achaques harán de tu vivir algo que ya no es digno, momento en el cual alguien más se encargará de tu desaparición.

Hombre de ciuncuenta y siete años, que firmó en su momento con la sociedad secreta, que cometió su criminal deber para con ella, y que había designado una edad límite de 58, después de la cual todo hubiera sido despreciable. Problemas: se acaba de mudar a vivir con su amante, una hermosa modelo y bailarina de 26 años, de la que está profundamente enamorado; se encuentra a la mitad de un gran proyecto para el que sólo él está calificado, y que es de importancia global; se lleva de poca madre con sus nietos(as), sus hijos(as) y sus ex-esposas. El personaje intenta apelar a todos los recursos para eludir lo inevitable, la sociedad secreta no se dobla, y mientras tanto se demuestra inútil toda tentativa de fuga. Así pues, dos meses antes del cumpleaños de nuestro personaje, este se lleva a su amante a viajar por todo el mundo mientras despilfarra sus ahorros, él y ella hacen una fiestita privada el día previo al aniversario, pero entonces la amante recibe una llamada al celular, saca una pistola y le vuela los sesos al hombre.
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Yo por eso hace tiempo que dejé de ver cine gringo me cai, sólo nos atrofia, ya mejor ahí luego la vemos estimadísimo Mario.

P.D. Qué pinches feas están, no mames, qué tristeza.

P.D.2. Aún cuando sean madre e hija, su soledad, su religión, su rutina, sus modismos, su ropa, su dignidad; pchi Mario ojete...

Luis Ricardo dijo...

Volví a soñar con Malakatonche y le preguntaba: ¿Por qué vienes vestido de gorila?

hugo dijo...

excelente dibujo. pero que sean madre/hija me parece más triste. la hija chica, aplastada por la personalidá y toneladas de la má, nunca hizo nada con su vida, es un pegoste de lástima para la grandota. lo otro al menos daba para imaginar una pareja amorosa secreta y bizarra. en fin. saludos

tiny_toon1 dijo...

Nota:

Respuesta al peje-comentario de Mario en el Blog de la Plaqueta...

Con respecto al peje-universo...

Pami Yasbeck dijo...

Y eso que no te has imaginado a viejitos besándose hahaha. Yo también "adopté una abuela" en la secundaria por una hora, pero la mía es la más jocosa del mundo
-sentido positivo-.

Me quieren embaucar para ir a cantar a un asilo...

Malakatonche dijo...

Los viejitos también tienen candela (cómo no), pero es una candela muy hardcore; que le entren valientes como Patricio Zambrano, intelectual regiomontano.

Ok, terminar tus últimos dias solo con tu progenitora es oficialmente deprimente, me voy a llorar al baño.

Wey, viejito y pobreee, yio no quiero llegar, ¡¡osea!!

El Mareo dijo...

Muchas gracias, Hugo, pero... pues qué crees. Que la mamá es la chiquita, y la hija es la grandotota. Sí, el terror aumenta, se prolonga.

Tiny Toon. Ni cómo hacerle contigo.

Pam, no vayas a ese asilo. No vayas, si quieres volver a sonreir. Y tienes sonrisa fácil y bonita, sería grande pérdida.

LR: No manches, no sueñes con el Malakatonche. Cosas de ese tipo están penadas por la ley.

Pronto va a salir Club Eutanasia, cinta mexicana que no se ve tan pior (aunque hay que ver qué dice Raúl Fuentes), que aborda con humor negro la situación de la senectud. Chabelo sale como viejito (porque, pus, el autoengaño no es eterno...) Yo sí la voy a checar.

hugo dijo...

me da risa tu recomendación del club de los actores vetustos que ya nadie pela. me deprimieron más esos cortos que tu dibujo con la mamá chiquita y la hija enorme. oye, esta situación es simpática, como que guarda su secreto la viejita de lo que hizo el verano del 42 para tener semejante monigotota. y ps a cuidarla.

Anónimo dijo...

"Sobre todo son peligrosos los viejos en quienes permanece vivo el recuerdo de las cosas pasadas y que perdieron la memoria de sus repeticiones. He visto relaciones muy agradables convertirse en aburridas en la boca de un anciano, porque cada uno de los circunstantes las había oído cien veces por lo menos."
Michel de Montaigne

El Mareo dijo...

Me retracto. Ya vi los cortos del Club Eutanasia, y no necesito que Raúl Fuentes me diga que es una mierda de campeonato.

Jeje, qué gracioso. El pecadillo gordo de 1942. Es que fue una noche loca en el París ocupado. La luna, las estrellas, y Schmidtt.

Michel de Montaigne tenía tías aburridas, como yo.