2 oct 2004

Me estoy haciendo viejo

Esa madre de la foto de allá abajito, toda sonrisas, cachetes y ludismo, es la crisálida del Edemege del día presente; todo gringo, fresa del mal y mamadote.
La veo y de veras que me siento bien triste. No hay nada más feo que comprobar el paso del tiempo a través del contraste de una fotografía con la actualidad.
¡Teníamos tanto tiempo libre en ese entonces...! Leíamos libros de verdad, y no fotocopias malqueridas a la carrera. Viajábamos en transporte colectivo de lado a lado de la ciudad por el purito gusto. Coleccionábamos discos, no relaciones fracasadas (lo cual es muy profundo).
Bah. Una persona debe quedarse su nostalgia para uno mismo, o soltársela a persona de confianza cuando la situación así lo invita. No es para andarse divulgando por la red. No por concepto-de-violación-de-intimidad, esos-recuerdos-son-míos-y-de-nadie-más ni mucho menos. Necesito manotear y falsetear la vocecita del Edemege (con todo y sus ruidillos sexosos), necesito platicarlo.
Peliagudo asunto esto de los diarios públicos.
Ay, pero miren al panzoncito de mi amigo qué mono se veía jugando a subirse a una cosa para algo. Con su camisetita de bebés monstruosos y podridos de Giger, ooooi... se la ponía diario... guaac...

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