El fin está aquí

El fin de semestre está sobre mí, y una vez más me ha agarrado con los pantalones bajados. Pero hay que hacerle frente, que es el último de clases que voy a tener en toda la vida. (Terrible sensación de tragedia asociada a la idea).

Para colmo es un fin de semestre con complicaciones. Tengo que decidir dónde meter el servicio social, antes de que la gordura administrativa salga de vacaciones y yo tenga dos meses vacacionales ociosos en las manos, con el trato de delincuente mantenido que eso me aseguraría en la casa. Y tengo que acabar mi serie para el catálogo de ilustradores infantiles y juveniles: la fecha límite es el 10 de Junio, y esta vez no voy a confundir las fechas y pensar que es el 15 como la otra vez.

Lo más urgente es la serie del catálogo. Con este retrato de Alejandra, y el mío de hace tiempo, sólo me falta hacer uno. Quiero hacer a una niña chiquita, porque a los jueces se les olvida que es catálogo infantil y juvenil, y favorecen la ilustración para retrasados mentales. Eh, perdón, la ilustración infantil, que le llaman. (No es por ofender a los niños, que son el futuro de México. Si usted es niño y está leyendo esto, es de cariño, eh? -no quiero que me pase lo que a Fox con los negros.)

Si tienen una niña pequeña y bonita a la mano, por favor préstenmela para convertirla en retrato. Se las devuelvo intacta.

El señor con bigotito coquetón que se metió en el baño de Ale es un photoshopazo y está ahí de manera provisional: no conviene encariñarse con él.